Viajar con Perro a Canadá y Cómo Kiba descubrió las ardillas

En el post sobre los preparativos del viaje a Canadá, ya comenté que Kiba se venía con nosotros de viaje. Como buen viajero de cuatro patas, tuvo que pasar por papeleos y veterinario para poder emprender este viaje.

Y es que para viajar con perro a Canadá, hay que cumplir ciertos requisitos. No puedes olvidarte de ellos, ya que pueden ponerte problemas una vez que llegues al país y no te dejen entrar; lo que te fastidiaría las vacaciones.

Lo más importante es que tu mascota cumpla lo siguiente:

• Acudir al veterinario al menos con un mes de antelación para que le haga una revisión general y te asegure que tu perro está preparado para viajar.
• Que el veterinario cumplimente el Certificado de Buena Salud de tu mascota, un papel oficial del Colegio de Veterinarios.
• Acudir a la terminal de carga de tu aeropuerto, junto con tu mascota, el pasaporte de tu perro y el certificado que te ha firmado el veterinario. Con todo esto, el Ministerio de Agricultura te dará un Certificado oficial para viajar con perro fuera de Europa.

Viajar con perro a Canadá es una maravilla

Los canadienses están totalmente mentalizados y tratan a las mascotas como uno más de la familia.

En los hoteles, tiendas y lugares turísticos, saben que si tratas bien al perro, el cliente estará contento, por lo que disfrutará más en su viaje por tierras canadienses.

Eso sí, al igual que dejan que entres con tu amigo de cuatro patas en muchos lugares, también son muy estrictos en cuanto a la limpieza y paseo se refiere.

Siempre recoger las cacas de vuestros perros (algo que hay que hacer sí o sí en cualquier lugar del mundo) y llevar al perro con correa.

Cuando se indique lo contrario, como ocurre en la ciudad de Vancouver en muchos parques, puedes soltar a tu perro.

Me sorprendió mucho que en el mapa turístico que tan en la ciudad, vengan indicadas aquellas zonas donde tu mascota no necesita correa. Curioso, ¿verdad?

Además, en muchos hoteles de Canadá te dan bolsas para las cacas, premios para tu mascota e incluso una cama para que duerma. ¿Os suena que hagan eso en España?

Kiba estaba encantado de que le tratasen tan bien. Siempre le saludaban y la gente era muy amable con él. Sin duda, ¡estaba en su salsa!

Vancouver, una ciudad muy perruna

En la ciudad de Vancouver, puedes realizar todas las actividades y visitas con tu perro.

En el puente suspendido de Capilano, los perros son más que bienvenidos. Pueden recorrer todo el recinto, cruzar todos los puentes y ser protagonistas en todas las actividades.

Y qué decir del famoso Parque Stanley.

Kiba disfrutó como un cachorro. Paseando toda la tarde por el parque, donde se junta bosque, lugares históricos, el puerto  con sus barcos de colores, las playas locales y el puente de Lions Gate.

Además, no puedes perderte callejear por la ciudad, incluyendo Chinatown, la colorida zona de Granville y el barrio de Gadstown.

En este último, nos encontramos con un fotógrafo que quedó cautivado con Kiba y le hizo unas fotos preciosas. ¿Qué te parecen?

Tofino y la isla de Vancouver

¿Qué mejor lugar que la isla de Vancouver para correr por sus playas salvajes? Kiba no paraba de dar vueltas y vueltas por la playa, acercándose al mar con mucha cautela, ¡porque no le gusta el agua!

En las playas de Tofino le llevábamos sin correa, sobretodo en la playa de Chesterman, donde nos alojábamos, ya que es pet-friendly.

Eso sí, mucho cuidado en el resto de la zona que no sea playa, ya que en los bosques hay osos negros y felinos nocturnos. Verás carteles que te recomiendan atar a tu mascota en esas zonas.

Kamloops: un lugar de paso pet-friendly

Antes de llegar a las montañas rocosas, con sus impresionantes parques naturales, pasamos por el pueblo de Kamloops. Un lugar que nos acogió con los brazos abiertos.

Nos alojamos en un hotel en el campo. Parecía una hacienda antigua con casitas de madera, caballos, kilómetros de césped y un río precioso.

Una vez más Kiba fue el protagonista. Los caballos no le gustan nada, pero en este caso, iba a ver por primera vez a una llama. Si, has oído bien.

En la finca tenían dos llamas que habían criado desde que nacieron. Ellas miraban a Kiba con cara de desconfianza, pero Kiba no sabía muy bien que eran “esos bichos”.

¿Quién iba a decir que viajar con perro a Canadá implicaría relacionarse con llamas?

Y por fin, llegaron los osos (y las ardillas)

Y como en todo viaje a la costa oeste de Canadá, no puede faltar recorrer los famosos parques nacionales de Banff y Jasper, además de otros más pequeños como Yoho o Robson.

En el parque nacional Jasper vimos el primer oso en el arcén de la carretera. Kiba no sabía muy bien qué era; de hecho yo creo que ni se dio cuenta de que estaba.

Uno de los parques que más disfrutó fue el parque nacional Banff. Descubrió por primera vez lo que era una ardilla. ¡Y que se subían a los árboles!

En el lago Peyto quería saludarlas a todas. Lo mejor, es que ellas se acercaban sin miedo a conocerle.

En el recorrido que hicimos subiendo a lo alto de la montaña en lago Louise, también jugó con las ardillas. Y en el lago Esmeralda, vio como una de ellas se comía una seta. ¡El perro más feliz!

Beber agua del rio que baja del deshielo de los glaciares, mojarse las patas en los lagos helados, enfadarse porque caía agua de la catarata Takakkaw y le molestaba el agua.

Subir en la góndola de Banff y disfrutar de las vistas desde lo alto en mis brazos.

Sin duda viajar con perro a Canadá es toda una experiencia. Nunca había visto a Kiba disfrutar tanto en un viaje. Rodeado de naturaleza es tan feliz… y yo más viendo lo bien que se lo pasa… los que viajamos con perro conocemos bien esas sensación, ¿verdad?

✅ Si viajas a Canadá, te pueden interesar estos posts:

• Requisitos para viajar a Canadá y cómo sacar el autorización eta Canada.
• Guía Costa Oeste de Canadá.
• Itinerario y preparativos viaje a Canadá.
• Visitar el Parque Stanley en Vancouver.
• Puente Capilano en Vancouver.
• Tofino y la Isla de Vancouver.
• Viajar con perro a Canadá.

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Sara Rodriguez

Soy Sara, emprendedora, blogger de viajes profesional, y viajera apasionada con una única misión: ayudarte a viajar más, disfrutando al máximo de cada momento.

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