Ahora que llegan los carnavales, no puedo dejar de pensar en las ganas que tengo de volver a Brasil. Las veces que he tenido la oportunidad de conocer este increĂble paĂs ha sido por trabajo y no podĂa haberme dejado mĂĄs marcada: su gente, sus paisajes, su cultura, su idioma⊠Por eso, en mi primer post no podĂa elegir otro destino del que hablar.
La primera vez que visitĂ© Rio de Janeiro fue un fin de semana de 2008: me morĂa de ganas de conocer a la que llaman âa cidademaravilhosaâ, ÂżcumplirĂa mis expectativas? Sin duda, asĂ fue.
Rio es una ciudad que se encuentra en un enclave Ășnico, en medio de un paisaje impresionante lleno de montañas y mar, rodeado de favelas y en medio, un enorme lago donde se encuentra uno de los lugares mĂĄs caros del mundo para vivir.
Llena de contrastes, quita la respiraciĂłn cuando subes a lo alto de la ciudad y observas, a vista de pĂĄjaro lo que esconde el horizonte.
Tiene innumerables sitios para visitar, de dĂa y de noche; asĂ que empecemos con lo que podemos hacer en la ciudad carioca cuando sale el sol.
Te despiertas en un dĂa soleado en la habitaciĂłn del hotel, y abres la venta, ÂżquĂ© ves? Nada mĂĄs y nada menos que las famosas playas de Ipanema y Copacabana. Repletas de cariocas musculados jugando al volley-playa, mujeres con minĂșsculos bikinis y piel canela, vendedores de cocos y cerveza bien frĂa. Es todo un espectĂĄculo; asĂ que me digo: âvamos, no hay tiempo que perder!â
Me tomo un âjugo de abacaxiâ, como llaman a la piña y estoy lista para empezar el dĂa. Negociamos con un taxi que nos llevarĂĄ toda la mañana a ver el famoso Corcovado y el Pau de AçĂșcar, pasando por las favelas, de millones de habitantes, que rodean la ciudad.
Comenzamos la excursiĂłn subiendo al Pau de AçĂșcar, uno de los principales puntos turĂsticos de Brasil. El funicular que lleva al año a miles de visitantes, fue inaugurado en 1912. Hace dos paradas, y sin lugar a duda, merece la pena hacer la cola y pagar la entrada para subir. Se puede observar la cadena de islotes montañosos que rodean Rio y sus playas.
De vuelta a Ipanema, pasamos por la âfavelaâ o comunidad de A Rosinha. Impactante es poco. Es una de las mĂĄs pobladas de Rio y hasta que detuvieron a los âdueños de la favelaâ hace un año, parecĂa una de las mĂĄs pacĂficas. No tengo palabras para describir lo que pudimos experimentar ese dĂa.
Ha llegado la hora de comer y quĂ© mejor que sentarse en âLa Garota de Ipanemaâ a probar la famosa âpicanhaâ, un corte de carne jugoso que se acompaña de arroz y verduras.
Para hacer la digestiĂłn, un paseo por el borde de la playa de Copacabana, en direcciĂłn a Ipanema, o viceversa, pasando por los puestecitos de un mercadillo local, repleto de pequeños stands con chanclas âHavaianasâ, coloridos pareaos y lienzos impresionantes del paisaje de Rio.Â
Cuando cae la tarde, no hay nada mĂĄs gratificante que subirse a una de las montañas de la playa de Ipanema y relajarse disfrutando del atardecer, mientras pruebas los famosos âchurrosâ callejeros, rellenos de chocolate o dulce de leche, una deliciaâŠ
ÂżUna noche divertida y llena de emociĂłn? Sin duda, os recomiendo conocer una âescola de sambaâ. No se trata de ponerse en frente de un espejo con 10 personas mĂĄs y un profesor para aprender a bailar, si no, de acudir a un local donde se puede disfrutar de los ensayos de las escuelas de samba que van a participar en el famoso Carnaval de Rio, bailando sin parar en el SambĂłdromo, y luchando por crear la mejor coreografĂa. ActuaciĂłn en directo, baile, espectĂĄculo, tamboresâŠÂżquĂ© mĂĄs se puede pedir?
Las âescolasâ de samba, suelen representar a un barrio o distrito, generalmente sus participantes viven en comunidades humildes. Personalmente, yo fui a conocer la Escola AcadĂȘmicos do Salgueiro, que se encuentra en el barrio de AndaraĂ. La academia fundada en 1953, ha ganado 9 veces el desfile del Carnaval de Rio y tiene como slogan: âNi mejor, ni peor, una escuela diferenteâ.
QuĂ© ilusiĂłn me hizo, cuando meses despuĂ©s me enterĂ© que esa escuela de samba habĂa ganado el desfile del Carnaval de Rio con su tema âTamborâ y haber tenido el honor de conocer la coreografĂa en vivo y en directo.
Cuando entras en el recinto, una nave gigante decorada con sus colores identificativos, blanco y rojo, ya sientes la mĂșsica. Pides en la barra una caipirinha, observas lo bien que bailan y piensas que no vas a poder levantarte de la silla para intentarlo.
Pero a los 5 minutos, el ritmo te llena el cuerpo y empiezas a imitar esos movimientos de samba tan famosos. Ni de lejos se parecen a los suyos, pero ÂĄes tan divertido! DespuĂ©s de 5 horas bailando sin parar a ritmo de carnaval, ya no siento los piesâŠha sido un dĂa increĂbleâŠ
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Sin duda esa ciudad tiene encanto, al igual que su paĂs, pero conocerla contigo no sĂłlo hace que cada rincĂłn sea explorable, sino que cada descubrimiento, sea inmejorable y cada paso apasionante (!). Gracias por ser mi compañera de viaje (!)
Hola, he visto tu blog en las pĂĄginas de Los Viajeros. ÂżQuĂ© hoteles recomendarĂas en Ipanema o Copacabana? Me gustarĂa ir a Brasil a partir del 21 de Agosto con mi esposa e hija, llegando por RĂo…
Hola Juan Ramón! Escribeme a [email protected] y te ayudaré encantada! Brasil te va a encantar!
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